Por tanto, no es difícil darse cuenta de que transcurrido un segundo, los autos se han acercado 50 metros, es decir, la veinteava parte de un kilómetro.
Y ves, un kilómetro antes de coronar, el monumento construido en su honor, con pequeños artículos que han dejado como ofrenda sus seguidores: caramañolas, guantes, cachuchas, monedas, fotos, etc.