Conocida como quebranta huesos, la picadura del mosquito provoca agudos dolores musculares y articulares y fiebres que los más consumados febrífugos no han podido combatir.
El tratamiento, sintomático, a base de febrífugos como el paracetamol o ibuprofeno, antihistamínicos, duchas con agua más bien tirando a fresca y talco mentolado para el prurito y poco más.