Somos seres éticos y responsables de las consecuencias, es decir, nos damos cuenta de las consecuencias benéficas o perjudiciales de nuestros actos, actitudes y comportamientos.
Para un pseudocientífico, la energía es algo así como una sustancia espiritual, un fluido sutil y poderoso que trae consecuencias benéficas en la vida.