La arboladura de los barcos de vela de la época quedaba fácilmente enganchada ya que los ganchos incluso de varias puntas, casi siempre encontraban algún lugar donde fijarse.
Después, bajo los gritos desesperados de los marineros, la arboladura ylas velas se abatieron sobre cubierta, y con un siniestro fragor elbarco se hundió.