Pues porque creo que haya una tan gran proporción de ciegos y sinvergüenzas como para otorgarles la confianza a este hatajo de ladrones y delincuentes.
El soltó el violín para recoger un crucifijo y un hatajo de hojas que leía y memorizaba desesperadamente, compitiendo contra la penumbra y una llovizna que iba borroneando las palabras.
Me duele mucho al ver los trabajos expuestos aquí con mucho amor, esfuerzo y considerados en tan poco por un hatajo de politicastros inútiles (peor, malvados).